miércoles, 29 de enero de 2014

Farmacéuticos y felicidad



Es una tendencia creciente en España que determinadas empresas de servicios realicen estudios y encuestas en relación con su ámbito de actividad, con el objetivo de asegurarse presencia en la prensa y redes sociales. Así, hay estudios sobre los comportamientos sexuales, los hábitos de ocio, los mejores lugares para trabajar, etc.

En estos días pasados, una empresa de gestión de recursos humanos ha publicado un estudio sobre la felicidad en el trabajo, o por decirlo de otra forma, sobre quienes son los profesionales más felices en el trabajo: IV ENCUESTA ADECCO sobre LA FELICIDAD EN EL TRABAJO:
El resultado del estudio es que los profesionales más felices son -por este orden- los bomberos, los maestros y los farmacéuticos, seguidos de ingenieros y periodistas.
Despejamos previamente alguna duda sobre que podemos entender por "farmacéutico", pues son varios los ámbitos de trabajo en que pueden actuar estos profesionales, y entenderemos que se refiere al trabajo en oficina de farmacia.


¿Qué tienen en común las tres primeras profesiones de la encuesta? Pues que se trata de profesiones en los que hay un contacto directo con personas, algo que cualquier psicólogo sabe que produce satisfacción en el trabajo (compárese con el trabajo de un informático u otro profesional frente a un ordenador ocho horas al días); pero además, se trata de tres profesionales que se dedican a servir a los demás: los bomberos ayudan a personas en situaciones complicadas o incluso graves; los maestros enseñan a niños y les ayudan  a formarse (entendiendo que se trata de maestros de niños con edades menores de 12 años; opino que los que se dedican a la formación de escolares de la ESO, niños adolescentes 12-16 años,tienen otras insatisfacciones).
Por último, los farmacéuticos y farmacéuticas que trabajamos en oficinas de farmacia estamos en contacto con enfermos, muchas veces de edad avanzada, a los que dispensamos sus medicamentos con receta, aconsejamos otros para síntomas menores en los que cada vez más está prohibido ir a los centros de salud, aclaramos sus dudas con paciencia y sin prisas y además hacemos de paño de lágrimas de dolencias y y quejas.

Todo ello, al final del día hace que más allá del resultado económico de la actividad profesional, más allá de los disgustos que ocasionan las autoridades sanitarias, más allá de problemas de gestión y otras dificultades, los profesionales farmacéuticos se vayan para casa respirando hondo y en muchas ocasiones satisfechos de haber podido ayudar a una persona.

Esto se refleja después en las encuestas, en los que los ciudadanos nos sitúan entre las personas en las que más confían, tanto de los ciudadanos como de los inmigrantes recién llegados (!). De hecho es una expresión común la de "mi farmacéutico de confianza", todo una definición.
Algo de eso debe haber, pues según el informe el  92,9% declara sentirse feliz en su trabajo
Por ello, no debe  sorprender su inclusión en esta lista de profesionales felices, que es cierto que en ediciones pasadas destacó también a otros profesionales sanitarios como médicos y veterinarios, cercanos también al dolor y a la enfermedad.
Hay diferentes formas de ser farmacéutico, y a ello se dedica un reciente libro así titulado, que explora esas diferentes facetas de actuación que en ocasiones están lejos de los sueños y dificultades de los alumnos de las facultades de Farmacia; esta encuesta quizás les ayude a comprender mejor la profesión a la que quizás en el futuro se dediquen, y a que los que ya la practican, se sientan reconocidos.




No hay comentarios:

La crisis del fentanilo en EE. UU.

El fentanilo es un fármaco analgésico derivado del opio. En los últimos años, su uso ilegal y su alto poder adictivo está conduciendo en EE...